Anywhere I roam…
…where I lay my head is home…
Es curiosa la sensación de estar de vuelta tras tanto tiempo fuera. Sí, sé que 2 meses no son tanto tiempo, pero para mí es mucho tiempo alejado de Barcelona, y más aún pensando en la distancia a la que he estado, tanto figurada como literalmente.
Es curioso recorrer la “not-so-green” milla del Paseo Valldaura por primera vez en más de dos meses, y sentirla, algo tan interiorizado, como algo extraño. Es surreal pasear por la Meridiana, a escasos metros de mi casa, y sorprenderme por alguna novedad en cada esquina. Porque… es ésta, desde donde la que escribo, mi casa? O la tengo a 2000 kilómetros?
Al final, he optado por tomar como cierta la frase de un gran escritor, que me pareció ridícula la primera vez que la leí, y desde entonces ha ido cobrando significado para mí: “Mi patria son mis zapatos”. No voy a comentarla, que cada cual piense (o no) sobre ella lo que quiera.
…but I'll take my time anywhere
I'm free to speak my mind anywhere
and I'll never mind anywhere…
Pero ha sido, pese a la extraña “morriña” de Copenhague, una semana muy buena: he visto a gente que tenía muchas ganas de ver, me he reído a carcajadas sin poder parar como hacía meses que no me pasaba, he jugado con fuego con una sonrisa en la boca, he sorprendido a la gente demostrando las habilidades culinarias aprendidas en el norte, he recibido llamadas con agradable sorpresa… y, en el fondo, he recordado por qué mis amigos son tan buenos amigos. Gracias gente ;)
Además, también he notado que el proceso de “cambio” que había empezado a vislumbrar en Dinamarca, es mucho más profundo, y con más gente responsable de ello, de lo que pensaba. Y no, no me refiero a vestir añadiendo una sudadera roja al negro habitual (aunque todo el mundo se sorprenda de ello ;)). Si realmente es tan importante como me parece para mi futuro, ya iré hablando de ello aquí.
Apunte final número 1: glorioso fin de temporada en hattrick, con ascenso directo a III división (o sea, la puta crema, hablando en plata). Hoy lo celebraremos como se merece en el Iris.
Apunte final número 2: Feliz Navidad a todos, creáis o no en “esas cosas”, y que el próximo año, que parece será muy especial, os sea propicio. El otro día recibí una felicitación que me impactó, tanto por el original y precioso dibujo como por la nada tópica frase que la acompañaba. Tras pedir permiso a la autora, la pongo aquí como felicitación para vosotros, mis queridos lectores. De paso, os recomiendo que no dejéis de visitar la web de su creadora, la maravillosa ilustradora Verónica Casas. Y, si os gusta tanto como a mí y queréis utilizarla para felicitar las fiestas vosotros, sería un detalle por vuestra parte mencionar la autoría y la web de Vero, que se lo merece ;)

Un abrazo navideño y blandito para todos :)
Es curiosa la sensación de estar de vuelta tras tanto tiempo fuera. Sí, sé que 2 meses no son tanto tiempo, pero para mí es mucho tiempo alejado de Barcelona, y más aún pensando en la distancia a la que he estado, tanto figurada como literalmente.
Es curioso recorrer la “not-so-green” milla del Paseo Valldaura por primera vez en más de dos meses, y sentirla, algo tan interiorizado, como algo extraño. Es surreal pasear por la Meridiana, a escasos metros de mi casa, y sorprenderme por alguna novedad en cada esquina. Porque… es ésta, desde donde la que escribo, mi casa? O la tengo a 2000 kilómetros?
Al final, he optado por tomar como cierta la frase de un gran escritor, que me pareció ridícula la primera vez que la leí, y desde entonces ha ido cobrando significado para mí: “Mi patria son mis zapatos”. No voy a comentarla, que cada cual piense (o no) sobre ella lo que quiera.
…but I'll take my time anywhere
I'm free to speak my mind anywhere
and I'll never mind anywhere…
Pero ha sido, pese a la extraña “morriña” de Copenhague, una semana muy buena: he visto a gente que tenía muchas ganas de ver, me he reído a carcajadas sin poder parar como hacía meses que no me pasaba, he jugado con fuego con una sonrisa en la boca, he sorprendido a la gente demostrando las habilidades culinarias aprendidas en el norte, he recibido llamadas con agradable sorpresa… y, en el fondo, he recordado por qué mis amigos son tan buenos amigos. Gracias gente ;)
Además, también he notado que el proceso de “cambio” que había empezado a vislumbrar en Dinamarca, es mucho más profundo, y con más gente responsable de ello, de lo que pensaba. Y no, no me refiero a vestir añadiendo una sudadera roja al negro habitual (aunque todo el mundo se sorprenda de ello ;)). Si realmente es tan importante como me parece para mi futuro, ya iré hablando de ello aquí.
Apunte final número 1: glorioso fin de temporada en hattrick, con ascenso directo a III división (o sea, la puta crema, hablando en plata). Hoy lo celebraremos como se merece en el Iris.
Apunte final número 2: Feliz Navidad a todos, creáis o no en “esas cosas”, y que el próximo año, que parece será muy especial, os sea propicio. El otro día recibí una felicitación que me impactó, tanto por el original y precioso dibujo como por la nada tópica frase que la acompañaba. Tras pedir permiso a la autora, la pongo aquí como felicitación para vosotros, mis queridos lectores. De paso, os recomiendo que no dejéis de visitar la web de su creadora, la maravillosa ilustradora Verónica Casas. Y, si os gusta tanto como a mí y queréis utilizarla para felicitar las fiestas vosotros, sería un detalle por vuestra parte mencionar la autoría y la web de Vero, que se lo merece ;)

Un abrazo navideño y blandito para todos :)